Dani no disfruta demasiado los premios, ni las celebraciones. Ni siquiera los resultados. Para él, la clave del éxito es el disfrute sostenible. Un concepto muy necesario cuando se quiere correr una regata, manejar los sistemas de una compañía como Mercado Libre o tocar el tango “El Choclo” con un dúo de guitarras.
Dani no disfruta demasiado los premios, ni las celebraciones. Ni siquiera los resultados. Para él, la clave del éxito es el disfrute sostenible. Un concepto muy necesario cuando se quiere correr una regata, manejar los sistemas de una compañía como Mercado Libre o tocar el tango “El Choclo” con un dúo de guitarras.
Si quieres leer el transcript de la entrevista completa (levemente editada) la encuentras acá: https://escaladores.simplecast.com/episodes/s01-e03-daniel-rabinovich-y-soledad-dematteo/transcript
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S1:E3 Dani Rabinovich y Sole Dematteo: Correr una regata o navegar a vela
Federico:[00:00:00] Escaladores, porque escalar montañas de dificultades y prejuicios y cordilleras de imposibles. Y escaladores también porque lograron escalar su idea inicial. Una idea siempre es importante, pero mucho más importante es ponerla en práctica y hacerla crecer, aún en contextos que parecen adversos. Escaladores es la historia de gente que piensa que sí puede. Llegar a la cumbre no es sólo tocar la cima, es disfrutar competir en lo más alto con los mejores del mundo. Esta es la historia de Mercado Libre contada en primera persona por sus protagonistas. Esto es Escaladores.
Federico:[00:01:06] Dani define cuál es el rasgo más importante para triunfar en cualquier emprendimiento. Es algo que tienen en común Vilas, Nadal y Paco de Lucía. Y acá va un spoiler. No, talento no es.
Dani: [00:01:23] Definitivamente yo tengo un nivel de curiosidad superior a la media. Seguro, a la media no quiere decir que sea. Es verdad que si tengo un amigo. Edmund Husserl se llama. Me acuerdo hasta a hoy de haber, debe haber sido 25 años de haber leído esos. Sartre. Es muy conocido, pero es áspero. Son gente áspera de leer. Es verdad que encarar esas cosas requiere cierta curiosidad y requiere más que curiosidad, porque la curiosidad te hace abrir el libro. Lo que requiere es sentar el orto un número muy grande de horas para poder por lo menos entender de que te está hablando este señor. Eso creo que es más importante que la curiosidad. De hecho, conozco muchísima gente muy curiosa que sabe muy superficialmente algún poquito de cosa, de todo, pero está leyendo como yo digo, la gente que leyó muchas contratapas de libro, que no hay más contratapa. Pero el punto es ese. Creo que una habilidad, que no es mérito. Porque creo que un rasgo obsesivo, yo por lo tengo, y eso a mí me ayudó un montón. No sé si es mérito propio. Por ejemplo, poder pasar un número muy grande de horas haciendo la misma pavada con la guitarra, porque aparte con todos estos tipos no es que los leés, estás media página y no entendiste nada. Leés media página, entendés... No es que está contando una historia en sí, no entiendo nada y cada palabra que dice es como que tenés que ir al manual a decir de qué está hablando. Entonces es cuando estás muchas horas leyendo un párrafo y esta cosa de decir el párrafo o yo. Entonces, esa cuestión obsesiva que para mí no es un mérito en el sentido de que yo lo tengo como una deformación de personalidad, digamos, puede ser en cierto nivel, una patología también. Yo creo que en mí no lo es, o creo, que sé yo. Eso definitivamente es un mérito. No conozco a nadie que sea bueno en nada que no tenga ese rasgo. No sé si el otro día escuchaba bastantes entrevistas de Paco de Lucía, que es uno de los mejores guitarristas de la historia, sin duda el mejor flamenco de la historia, pero súper guitarrista. Todo el mundo lo muestra como un genio y amo lo que dice el tipo. Lo único que conozco es el trabajo. Lo que hice bien fue sentarme a los ocho años, encerrarme en un cuarto, 12 horas por día con una guitarra y poder sostener eso durante un montón de años. No creo que sea un genio ni nada que se le parezca. Y después encontré otras cosas. Encontré con que toda esa bohemia de la noche, yo antes me quedaba toda la noche estudiando música y a la mañana escuchaba y era una porquería. La noche es muy linda, pero no era el mejor momento. Empecé a levantarme temprano, levantarme a las 06:00 a empezar a tocar la guitarra. Y la capacidad de meterle toda esa cantidad de horas a lo que sea que te importe, es lo que diferencia a uno de otro y eso. Creo que el librito de Gladwell, creo que es Outliers, que habla de las 10.000 horas, y da infinitos ejemplos de eso, muchos, muchos. O sea, los Beatles tocando en Hamburgo de lunes a lunes. En ese libro, si no me acuerdo mal, también hablaba de Bill Gates, que iba caminando, anécdota que le prestaron un mainframe no sé dónde, que era súper suerte, lujo, qué sé yo. Pero después como decías vos, el pibe se levantaba y a las 4 de la mañana porque se la prestaban en la noche, de momento que estaba mal. Entonces creo que lo tenía por decir algo de 1 de la mañana a 6. El pibe iba todas las noches, tenía 20 años, todos los demás estaban en el boliche. Creo que hay un común denominador muy grande. Hay genios, si hay. No sé, Bobby Fisher probablemente haya sido un genio, también obsesivo. En el ajedrez, el Sultán Khan era un genio. Sultán Khan era el criado, era indio, no quiero decir esclavo, pero tenía un amo. Y fue a Inglaterra. No sabía jugar ajedrez y en poco tiempo fue un ajedrecista de elite. O sea, esos tipos que lo tiraron ahí y habrá practicado. Después lo triste de ese tipo es que se volvió a la India y nunca más se supo de él. Hay genios, realmente son muy, muy pocos. Y no hace falta ser un genio para llegar a ningún lugar relevante en el mundo. Siguiendo la metáfora deportiva que me gusta mucho, mi primera clase con Gaby Mena, un entrenador de tenis fabuloso que se fue mucho antes de tiempo. Primera clase. Pasamos unas pelotas. Dice, mirá, hay dos tipos de jugadores. Están los talentosos y los no talentosos. Vos sos no talentoso. Ahora no te confundas, Vilas no era talentoso. Nadal no es talentoso. No talentoso significa que te toma más tiempo que a otro aprender lo mismo. No sé si vieron la biografía de Vilas. Contaba el rumano entrenador que el tipo tenía hasta seis horas para afinar el revés. Malísimo Vilas jugando al tenis. Número uno del mundo. No fue porque se lo afanaron, pero claramente número uno el mundo. De los mejores tenistas de la historia. Realmente se puede llegar muy lejos. Claramente Vilas era un tipo que entrenaba más que el resto. Por supuesto tenía condiciones, tenía un gran físico. No, no estamos diciendo, menospreciando el talento. Creo que el punto es el mejor predictor de llegar lejos es la capacidad de meter trabajo sostenido, pseudo obsesivo en algún tema. Mi opinión.
Federico: [00:06:14] La obsesión es un elemento indispensable. Pero es sano obsesionarse. Dani explica cómo se puede estar todo el tiempo in the zone, es decir, siempre a full, motivado. Una fórmula que incluye la sostenibilidad, la experimentación y un poco del tango El Choclo.
Dani: [00:06:32] Tenemos personalidades diametralmente distintas. Te diría casi que es muy difícil encontrar dos parecidos, por lo menos en el senior team, Pero hacé un recorrido mental y fíjate. Pedro estudió Letras. Oxford creo que estudió. No sé, en algún lugar de Inglaterra. Creo que es mucho más interesante, sin menospreciar lo que hace, hablar con Pedro sobre cualquier otra cosa que sobre lo que hace ahora. Stelleo es un tipo erudito. Ozzie también. Ozzie debe leer 40 libros por año. Tipo increíblemente informado y culto. Y le importa eso. Y tiene ese nivel de energía para hacer algo. Marcos está todo el día estudiando, mirando, leyendo, ayudando a emprendedores. O sea, obviamente no es que esté hablando de la vida privada de él. Sólo estoy diciendo que son gente muy enojada, muy curiosa, enojada en el sentido de que cada vez que pasa algo, que el no vio, es como que entra en ese momento de locura y quiere saber porque no soporta estar sin poder manejar eso. Es un tipo que ha hecho todo lo que ha hecho, y que gente con un micro enésimo de lo que hizo Marcos, alguno con todo respeto, estaría retirado, tirado en la playa hace millón de años. O sea, tiene, no le importa eso. Se ve que tiene esas ganas de crecer y de progresar. Y no hace falta hablar solo del senior team. Muchos otros chicos que cuando lo ves, yo los conozco, cuando están trabajando en lo que sea que estén trabajando también o diseñando su su casa o haciendo algún deporte o lo que sea que les guste, están haciendo, no para ganar un Grammy, porque yo no voy a ganar un Grammy. El punto es, ese momento estar in the zone, como está el gamer. Si no fuese parecido creo que nadie puede soportar muchos años haciendo algo tanto así, teniendo medios como para no tener que hacerlo. Entonces la única manera es divertirse. La única manera es disfrutar. Así que me parece que es una consecuencia. Uno podría mirar al revés, o sea, todo el que está ahora después de tantos años, es porque realmente disfruta y tiene esa característica.
Dani:[00:08:45] Yo no sé qué fue primero. Yo me di cuenta bastante rápido que eso era una manera muy sostenible de disfrutar. Déjame explicarte eso porque me parece un concepto, a mí me parece muy poderoso. Si me preguntás si, no sé si me gustan los autos, me gustan los autos. Me podría encantar los autos. Ahora imaginemos un hobby no sostenible. Ser coleccionista de autos. Genial. ¿Pero cómo es ser coleccionista de autos? Primero tengo. Ahora eso me fue un poco mejor. Pero imaginate que tenés que por lo menos tener fortunas de dinero para tener un galpón. Mucho de ese chiste es mirarlo todos los días. Que la gente venga y admire tu auto. Es como que hay algo que yo lo miro y decís, podría encantarme, podría. Pero la verdad de que no me interesa que me guste eso y listo. El viaje es medio molesto. A mí no me gustaría el viaje de ser coleccionista de autos. El viaje de estar cinco meses con El Choclo es alucinante. ¿Por qué eso? Porque en un momento El Choclo se fue de complejidad, entonces tuve que volcarlo a una partitura que nunca había escrito. Entonces me divertía aprender. Entonces empecé a mirar softwares para escribir música. Encontré uno que encima es gratuito e increíble. Al escribir música uno se empieza a dar cuenta que se abre otras posibilidades. Entonces empecé a hablar con profesores. Empecé a interactuar en eso. Al escribir es mucho más fácil ir variando cosas y ver, porque el escribir es algo que no necesariamente necesitás que tus dedos puedan hacer. Entonces, cuando uno hace las cosas que te dejan los dedos, está circunscrito a lo que pueden hacer tus dedos. Cuando escribís podés escribir cualquier cosa. Y fue todo un viaje solamente la escritura. Y después el arreglo. Y después la mezcla. Y hoy hablábamos con él de micrófonos. y lo que se te ocurra mirar los micrófonos son una maravilla en sí. De hecho, estoy mirando acá. Este micrófono es un Neumann que lo primero que vi es una maravilla. Neumann es la Ferrari en ese mundo. Es un viaje divertido, para qué llegar rápido. ¿Cuál vendría a ser el objetivo de llegar rápido? Y eso no es que lo inventé yo, ni mucho menos. O sea, uno lee a Kahneman y habla claramente cuando habla de la felicidad, habla de sus dos self que todos tenemos. El self que recuerda el y el que experimenta. Somos dos, viven en nosotros, y el self que recuerda es el ego. Es el pibe que dice yo quiero haber tocado El Choclo. Hay gente que le gusta haber leído, no le gusta leer. Es muy distinto esas dos cosas. Entonces, la cuestión de la foto, las redes sociales, hay mucha cuestión de te gusta correr una maratón, o te gusta haber corrido una maratón. Te gusta subir una montaña o te gusta haber subido una montaña. No es sostenible que te guste haber subido montañas porque es mucho esfuerzo entrenar y subir. Entonces es como una situación relativamente ingrata. Cuando el self que experimenta es el que le gusta el viaje, por decirlo de alguna manera, la vida se hace muy disfrutable. No hay manera de hacer todo esto si no disfrutás el viaje y eso sí, en algún momento, consciente o inconscientemente, lo entendí y el viaje se hace muy disfrutable. Eso implica una lucha constante con el ego, porque al ego le gusta sacarse la foto y que los demás nos admiren. Te gusta mostrar. Hoy hablamos del resultado final, que no es final, o sea, lo cambio todas las semanas. Esa es una parte que disfruta el ego. Vos contás y te dicen qué lindo que suena, aunque no suene tan lindo. Pero eso es el 1% del tiempo. El 99% del tiempo, estoy yo conmigo mismo haciendo eso y el disfrute de eso es más negocio para mí, porque es ese 99% que estoy yo conmigo mismo disfrutando eso.
Federico: [00:12:19] Todo el equipo senior de Meli tienen características similares. Son curiosos y obsesivos, tienen un ego bajo, disfrutan del viaje, sin querer llegar rápido. Y el modelo de disfrute obsesivo también se puede aplicar a otras cosas, no sólo en el trabajo. Sí adivinaron, también con el tango, El Choclo.
Dani:[00:12:41] Primero nací muy rodeado de música, o sea, yo abría los ojos en mi cama de chiquitito y así como estaba enfrente había un piano. Mi mamá fue profesora de piano, le gusta el piano, toca música y había una pila muy grande de partituras en mi casa, mitad clásica, mitad tangos. Yo conozco tango de muy chiquitito, pero quedó ahí. Fue un recuerdo de infancia. Podía en un fogón poner tres acordes y graznar un tango, pero nunca, siempre he tocado muy mal. Y siempre fue una cuenta, una cuenta pendiente. Empecé a mirar un poquito de guitarra. Yo viajaba, entonces me compré una guitarra de viaje, y entonces me la podía llevar en el avión. Estaba doce horas en avión o ocho, y en vez de mirar la última de Misión Imposible, me ponía a tratar de agilizar los dedos. Cierta agilidad tenía por los años de hacer magia. El mazo de cartas se agarra con la mano izquierda y la guitarra, la parte por ahí más compleja la mano izquierda. Más o menos venía con cierta cuestión ahí. Sabía un poquito de música, pero no lo había catalizado hasta que me puse un proyecto muy ambicioso que es armar un disco de tango. No es que quiero tocar El Choclo, sino que Choclo es el cuatro tema de un disco que estoy armando para mí mismo, que nunca voy a publicar en ningún lado. O sea que hice cuatro temas, ahora estoy haciendo el quinto. El Choclo fue más complejo y tuve la enorme suerte de que, obviamente con las comillas adecuadas, que explota una pandemia y el 10 de marzo esquiando me rompí los ligamentos cruzados y volví a Buenos Aires justo cuando se estaba cerrando todo el mundo con la rodilla rota, a laburar en mi casa y anclado en casa. Y eso que realmente fue una situación muy molesta me dio la posibilidad de poder estar en mi casa con una guitarra cerca. Y antes solamente de ir y volver a la oficina tenía hora y media todos los días, y de repente empecé a tener horas de práctica y ahí se cristalizó el proyecto de hacer un disco a dúo de guitarras. La guitarra solista es extremadamente difícil de tocar bien, bien, bien. Hay por supuestos genios guitarristas que hacen tangos solos, muy, muy bien, pero el dúo de guitarras es mejor, por lo menos para mí, para aprender, porque el tango generalmente estaba tocado en guitarra acompaña de muchos de los gestos del tango que hay que acompañar y es muy difícil hacer tocar la melodía y la de atrás a la vez. Entonces me propuse hacer un dúo de guitarra para poder puntear y poder hacer el acompañamiento y los arreglos, de temas que amé toda la vida. Entonces mi vieja me manda la partitura del Choclo del año 60, que igual 55 años antes de que fuera creado El Choclo igual o sea fue una mega reedición. Estoy tocando tangos, algunos clásicos que me gustaron siempre y otros que no los conoce nadie, pero me gustan igual a mí.
Federico: [00:15:17] Pero no todo es disfrutar. Dani explica la transición de ser una persona tranquila a tener que marcar el rumbo con rigor. Confiesa que no está para maximizar el disfrute de quienes trabajan con él, sino para evitar la ineficiencia. Encontró un sistema muy preciso para eso, que incluye un 80% de fluidez, un 15% de tensión y un 5% áspero. Ahí Dani va al hueso.
Dani: [00:15:44] La gente que me conoce personalmente se sorprende mucho cuando gente que trabaja conmigo le cuenta cómo es trabajar conmigo. Yo en mi vida personal soy extremadamente tranquilo. Es rarísimo que un amigo que me conoce hace 40 años me diga que se acuerda de la última vez que discutió conmigo. Muy, muy difícil. No pasa eso porque lo que maximizo en mi vida personal es el disfrute. Y obviamente, incluso cuando hay temas que resolver, es muy raro, casi no pasa, en situaciones de afecto, que yo viva una discusión. Muy raro. Pocas en muchísimos años. En un paralelo con la navegación, te podría decir que es como el crucero de la vela. Cuando salís a navegar a vela en crucero, todo el objetivo es disfrutar. No importa llegar rápido, despacio. Todo el objetivo es disfrutar. Siguiendo el mismo paralelo, laburando, no es el objetivo disfrutar. Por supuesto que hay que divertirse y eso, pero no es la diversión la lógica. Ahí estás corriendo una regata, es como otra cosa. Y cuando corrés una regata el concepto cambia radicalmente. El concepto es a mí no me importa si yo en una regata tengo que estar siete horas colgado, agarrando la vela con la mano porque se rompió algo. Porque el objetivo es ganar y si no te gusta, no corras una regata. Pero ése es el concepto de una regata. Trabajando, muchísimas veces ocurre que, por diferentes razones, no estamos yendo con el barco todo lo rápido que podamos ir. Y ahí mi cabeza cambia de modo en el sentido de que yo no estoy maximizando lo bien que la pasa la persona que está discutiendo conmigo. No porque haya un tema de respeto, que por supuesto se imaginan que los cánones no se violan nunca, sino que, si yo tengo que decirle a alguien que algo de lo que está pensando me parece que está todo mal y que no tiene un punto de apoyo y a veces está, no es que decir bueno, la mitad me parece bien, porque si le digo que todo me parece mal es como que va a pensar. Yo no estoy pensando en eso, estoy pensando en que queremos ganar esta regata, y que queremos salir campeones del mundo y eso puede ser un error o no, pero yo no conozco una manera más eficiente de trabajar y a veces las discusiones se ponen ásperas, no cuando hay una discusión de ideas razonables, sino cuando a veces las personas pueden tener sesgos. Si yo percibo que alguien no está realmente tratando de resolver el problema, sino que está, por ejemplo, tratando de quedar lo menos mal posible o de enmascarar un error o de lograr algo para su equipo, ahí se acaba completamente. O sea, si realmente yo percibo que alguien está pidiéndome genuinamente no entiende algo, yo jamás le voy a decir a alguien, no sabe sumar. O sea, me puedo sentar y escribir, agarramos dos más dos cuatro, ponemos los cuatro porotos y los contamos tantas veces como haga falta. Pero somos humanos y tenemos un montón de humanidades trabajando. Y en una, por ejemplo, en una organización pasa muy frecuentemente que el error es más caro que la ineficiencia. Entonces, alguien le puede dar más miedo cometer un error que, por ejemplo, cometer grandes ineficiencias. Cuando ocurren ese tipo de, por ejemplo, humanidades, yo voy al hueso, porque si no podemos perder infinitas horas dando vueltas sobre eso, haciendo entre comillas chicanas o dando vueltas o tratando de intelectualizar de más, o hay mil devices que en una corporación pasan. Lo hago por eso y por un tema cultural, para asegurarnos que a medida que crecemos no volvemos a la situación de enfermedad terminal más conocida de las compañías, que es que se vuelven protocolares para adentro, pierden el coraje y empiezan a entrar en esos infinitos letargos de muerte. Uno se imagina muerte, no de muerte. Uno se imagina GE y dice cómo será trabajar ahí, o en esos megabancos. Y cuando veo las compañías que más admiro Tesla o Amazon mismo, o Facebook, todo lo que uno lee sobre ellos no son. No hay discusiones livianas adentro. Quizá en algunos casos se escuchan casos de gente que sí bordea la no sé lo cuasi sociópatas. Uno lee cosas muy feas de Steve Jobs o de Elon Musk. Yo creo no ser así. Historias de terror se escuchan de esos tipos que realmente no tienen ninguna empatía sobre el resto. Yo realmente creo que la gente que, por ejemplo, provoca ineficiencias para su propio provecho necesita saber que hay penalties, que no vale lo mismo decir o no decir cualquier cosa. Lo creo así y eso no implica trabajar mucho, que fui trabajando con el tiempo sobre la mayor humanidad posible en el liderazgo. Por supuesto, al final del día es un grupo muy grande, humano. Pero por decirlo de otra manera y para cerrar la idea, me parece que, si uno va a jugar al fútbol con amigos, no es que tu mejor amigo de toda la infancia, él patea al arco desde cualquier lugar el minuto 40 y hay un compañero solo, y vos decís bueno, no te preocupes, ahora vamos a la reunión de feedback, y te cuento. Lo mandás a la mierda y sigue siendo tu amigo y sabe que se lo decís porque se lo merecía. Y el pibe en algún momento, en ese momento enojado o después va a decodificar que está mal. Y pasa en la NBA, también en equipos híper profesionales también. No es que es es solo con amigos. Me parece que eso hace un poco a la esencia competitiva de poder decir en un grupo de WhatsApp, como hoy leí, eso no tiene sentido lo que estamos haciendo. Alguien dijo en nuestro grupo senior team, esto no tiene sentido, no tiene sentido nada de lo que estamos haciendo, de esto que acabamos de hacer, por favor, hagamos todo de vuelta. A mí, me parece bien. Si alguien se ofende por eso, vaya a trabajar a otro lado. Lo mismo que en cualquier pareja que dura muchísimos años o en cualquier relación muy fuerte. La base, en mi opinión, la base central de, por ejemplo, la relación de pareja para hacer un paralelo peligroso, pero que igual lo voy a intentar, es tratarse muy bien. Habiendo dicho eso, hay que hablar cosas ásperas, porque en la vida pasan cosas ásperas, en una empresa pasan cosas ásperas. Entonces, si uno solo se ocupa de la parte protocolar, la parte protocolar de la cabeza en realidad no está tratando de resolver un problema. Está tratando de todo el tiempo calcular cómo no herir susceptibilidades de un montón de gente. El problema es que eso es no arreglar el problema, pero generar otro. Entonces tenés que poder basar eso en algo que no dijimos, pero me parece muy importante. Todo eso está basado en la confianza. Yo puedo estar diciéndote eso que hiciste, me parece que está todo mal, hacelo todo de vuelta, solo si vos me creés que te lo estoy diciendo, porque creo genuinamente que está todo mal y no porque esté sutilmente declarando la guerra o para quedar bien con el de enfrente, o cómo funciona la lógica política que uno sale a putear a uno porque en realidad eso le habla a la base que tiene que putearlo porque o el está buscando una alianza contra el otro. Todo eso es todo nefasto. Cuando hay confianza, que lo que estoy diciendo me parece malo, es porque realmente me parece malo y al fin del día estoy tratando de ayudarte de la manera más corta posible. Y si querés, nos sentamos juntos y te ayudo como creo que debería ser. Que fue lo que dijo en este mensaje hoy que escuché. Eso, es espectacular. Ahora, esto que parece simple no es una receta fácil de aplicar porque la confianza es algo extremadamente difícil de generar. Entonces un equipo eficiente es aquel que tiene la confianza como para trabajar bien en armonía plena el 80% del tiempo, trabajar en un 15% del tiempo en tensión y por ahí un cinco tener, porque esa es la proporción también. Las discusiones ásperas quedan en la memoria mucho más que las que no. Yo no es que estoy todo el día a los gomazos. El 80% del tiempo es completamente normal, el 15 tiene un poquito de tensión y por ahí el 5% el tiempo son situaciones más ásperas, que a veces quedan mucho en la memoria. Pero me parece que con todos los cuidados que estamos hablando y que ninguna se vaya de respeto y obviamente siempre con todos los asteriscos que creo que merece la situación, construir la confianza para que todo eso pase, creo que es la manera más eficiente de trabajar.
Federico: [00:23:21] Navegar a vela y correr una regata. Para Dani son dos cosas distintas. Usando un paralelismo del mundo tecnológico, en una plataforma de confianza se puede correr un sistema que incluye un 15% de tensión y un 5% de reuniones ásperas con el equipo. Según Dani, esto es posible. ¿Qué opinará Sole?
Sole: [00:23:42] Tiene una personalidad difícil porque es duro en un punto, pero siempre tenés la tranquilidad de que quiere hacer lo correcto y lo mejor para el negocio. Y por otro lado, crees que tenemos que de alguna manera hacerle algún planteo nos aseguramos de ir bien preparados porque sabemos que alguna te va a encontrar, mínimo, y siempre alguna te encuentra. Es un tipo brillante del que se aprende muchísimo y la verdad es que lo tenés que conocer para después adaptarte y entender su lógica, de alguna manera y entender su forma, que, por otro lado, nunca es realmente, nunca es personal. Siempre está hablando del problema o de la idea o de o de lo que estás proponiendo, nunca alguna. Si uno entiende eso es más fácil. Pero lo que tiene de difícil de laburar con Dani es que es tan brillante que tenés que ir preparado. Si con el tiempo aprendés cuál es su forma de funcionar. Y la verdad es que es espectacular. Aprendés muchísimo laburando con él. Siempre tiene una mirada que no se te ocurrió y eso está buenísimo, la verdad, porque piensa distinto a mucha gente y nos hace a todos construir mejores productos, a pensar las cosas mejor o si no, tal vez en el mismo camino a cubrir algún agujero que se nos había pasado. Pero bueno, en eso que uno tiene que aprender a bancarse que le encuentren los errores de una forma tan fácil. Está buenísimo, la verdad que se aprende muchísimo con Dani y yo todos estos años agradezco a haber laburado con él, porque creo que desde que empecé a laburar de forma directa con él aprendí como nunca.
Federico:[00:25:28] Está claro que con Dani se aprende muchísimo. ¿Qué más podemos aprender de su experiencia? Qué tal descubrir que festejar los éxitos no es tan importante. O que se puede ser feliz siendo paranoico. Aunque dicho así suene raro, en la voz de Dani, tiene todo el sentido.
Dani:[00:25:47] Hay una frase catastrófica pero genialmente macabra, que inventó IBM, que es a ningún gerente de sistemas echaron por contratar a IBM. Eso refleja todo lo malo del mundo. Es todo lo que está mal, porque no está apelando al sentido común, está apelando al vos cuidate, pagalo caro, ineficiente, lo que quieras, pero nadie te va a decir hiciste mal en contratar a IBM. Ahora, si vos, por cualquier razón, tomás riesgos y sale mal, sos el que probablemente termines afuera. Entonces esa manera de pensar es una manera de pensar que cuando yo no sé si confío del todo, el otro está tratando de contratar a IBM porque le parece mejor o está tratando de contratar a IBMA por otra razón, se vuelve ásperas las discusiones. Al final del día, quizás es paranoia mía, y por ahí alguien se comió una discusión más áspera de lo que corresponde, porque quizás el otro genuinamente pensaba que IBM era el mejor. Yo te puedo decir mi opinión. La paranoia es una enfermedad. Tengo gente muy cercana que tiene algunas enfermedades psiquiátricas y de la cabeza y te aseguro que es vivir un infierno. Los paranoicos, efectivamente, no pueden ser felices. La paranoia, los enfermos de paranoia. El paranoico, en el sentido en el que lo estamos usando, puede ser extremadamente feliz. Yo creo que, en la felicidad, como a mí me gusta verla, que disfrutar el viaje, o sea que el el experience self sea el que es el más feliz. Al experience self no le importa mucho si hay fotos o no hay fotos del viaje. El experiencing self la pasa el doble de bien estando dos horas en la playa que una hora en la playa. Para el que se sacó la foto le da lo mismo una hora o dos horas porque la foto ya se la sacó. Para la felicidad, que por lo menos a mí me interesa perseguir, que es la de que disfruta el viaje, la paranoia, efectivamente, es una gran manera de ser feliz. Hace poco que grabé una versión, se la mandé a varios conocidos. Uno me dice qué genio que sos, borré y no se la mando nunca más. Y otra, me dice, che buenísimo, fijate que acá le pifiaste una nota, acá le hiciste un tiro de afloje, que subiste, o sea me pasó. Gracias. Esa locura de decir acá no me suena bien esta nota, es lo que me hace querer agarrar la guitarra dentro de un ratito. Y eso de decir no nos paramos a celebrar lo suficiente, yo respeto esa visión, yo no coincido con esa visión. Para mí festejamos de más, no lo suficiente. Ya está. O sea, hacemos un evento una vez por trimestre, cada diez minutos, alguien postea en la red interna alguna cosa fantástica que hicimos. Me parece espectacular, pero me parece que la felicidad está relacionada con la sensación de llegué arriba de la montaña, justamente es refuerza al área de la cabeza o el self que es más insaciable, que es porque una vez que ya sabés cómo funciona la cuestión de las redes sociales, y no te hace disfrutar tanto el viaje, te hace focalizarte más en el momento del festejo. Y eso, respetable que cada uno elija el self que quiera para ser feliz. Pero yo no coincido con eso que dicen algunos en Mercado Libre que no festejamos lo suficiente. Yo creo que festejamos un montón y creo que lo que deberíamos reforzar mucho más es disfrutar cada vez más la paranoia, disfrutar ese ejemplo que daba recién, haberte matado trabajando en algo que alguien te diga esa parte suena mal y que eso sea lo que te den ganas de estar siete horas sentado ensayando. Eso a mí me parece que produce el mejor sweet spot. Pero bueno, somos muchos, distintos, y valen todas.
Federico: [00:29:34] En este viaje al interior de una de las empresas más importantes del mundo, voy descubriendo por qué Meli la rompe. Qué los hace grandes y qué podemos aprender, replicar y adaptar de sus experiencias para poder escalar en cada una de nuestras organizaciones. Siempre es saludable encontrar personas que creen en la actitud de superarse, de sobresalir. Dani nos demuestra que los sueños pueden darle forma al mundo y que es posible escalar cualquier cima. Soy Federico Eisner. Esto es Escaladores. Nos vemos en el próximo episodio para seguir conociendo la cocina de Mercado Libre, en primera persona.